domingo, 7 de septiembre de 2014

LA GRAN BELLEZA O LA DOLCE VITA 2.0

Desde el inicio de la película, nos encontramos con un cierto aire felliniano. Por su crítica a la alta burguesía y la baja aristocracia, por el retrato de esos personajes grotescos y ridículos, que consumen su inútil y vacía vida de parásitos de fiesta en fiesta , y aún así, son incapaces de huir de su eterno y patético tedio.

Y entre todos el personaje de Jeb Gambardella ( Tony Servillo), periodista y escritor de una sola novela, en el cual podemos reconocer fácilmente a aquél joven Marcelo Matroianni que hace 50 años paseaba por estos mismos lugares y se codeaba con el mismo tipo de gente en La Dolce Vita. Lo encontramos más maduro y avejentado, pero también más sabio y más cínico, comprendiendo que se encuentra entre una sociedad sin ningún interés.

Ha pasado mucho tiempo, y han cambiado muchas cosas, pero esta clase sigue siendo la misma de entonces. De ahí han surgido personajes como Berlucosni y otros reyes de la frivolidad, esa frivolidad italiana que está siendo exportada a España gracias al grupo Mediaset y sus programas tipo Sálvame o Mujeres Hombres y Viceversa.
spoiler
Nos podemos encontrar la parodia de algunos personajes de actualidad: entre otros he podido reconocer a la artista del perfomance Marina Abramovich, a la escritora comunista y feminista Lilianna Cavanni y a la madre Teresa de Calcuta (personaje importante para comprender el final de esta historia) y, por supuesto, al periodista protagonista que recuerda a Gay Talese.
 

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