Las películas de dibujos animados siempre han tenido su público. Normalmente está dirigido a los niños, pero cada vez son más los mayores que difrutan con ellas.
Del dibujo en dos dimensiones hasta el moderno 3D, pasando por el stop-motion, la animación por ordenador o la live action, la ténica ha ido evolucionando constantemente.
No así las historias, que, si bien, han incluido algunos guiños adultos para que los acompañantes no se aburran, siguen uusando los mismos esquemas temáticos basados en los clásicos cuentos infantiles.
En el caso que nos ocupa, podemos comprobar como el cuento con un mínimo mensaje feminista, tiene que echar mano a unos magníficos escenarios, donde vemos moverse la hierba y el agua de los highlands escoceses que recuerdan el Bravehead de Mel Gibson mezclado con una nueva versión de la película menor Hermano Oso.
Aún así, y a pesar, de que en ocasiones la imagen resulte demasiado oscura, se ve con agrado.
Claro ejemplo de que la animación últimamente no está muy orientada al público infantil: demasiado tétrica, a los niños les resulta fantasmagórica por momentos.
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