Pocas veces puedes ver reflejadas en la
pantalla vivencias que, de un modo u otro, te son cercanas. Aún no han
llegado a ese extremo tan trágico y agobiante que aparece en la
película, pero la he visto como un aviso de un futuro inmediato. Por eso
mismo, no he podido apreciarla de manera distanciada e imparcial. Y por
eso mismo ha llegado al punto del desasosiego y la congoja.
Esto tampoco es nuevo tratandose de una película de Michael Haneke. No veo a este cineasta dirigiendo una comedia. Su universo narrativo está lleno de historias inquietantes y terroríficas. No porque sean de este género, sino porque siempre nos presenta la imagen más pesimista de la vida, sin mostrar ninguna via de escape ni de ilusión.
Esto tampoco es nuevo tratandose de una película de Michael Haneke. No veo a este cineasta dirigiendo una comedia. Su universo narrativo está lleno de historias inquietantes y terroríficas. No porque sean de este género, sino porque siempre nos presenta la imagen más pesimista de la vida, sin mostrar ninguna via de escape ni de ilusión.
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