viernes, 21 de marzo de 2014

ANNA KARENINA de JOE WRIGHT

Todas las buena películas se parecen, pero las malas, son malas por diferentes motivos.

Son unas cuantas las veces que esta gran obra de la literatura universal se ha llevado a la pantalla con más o menos fortuna.

Esta adaptación de Joe Wright, ha prescindido de la historia para mostrarnos un ejercicio de virtuosismo vacío, que pierde toda la emoción y pasión de la obra original, para convertirlo en una sucesión de cuadros vivientes, aquel pasatiempo que se practicaba en los salones de la alta sociedad, y que consistía en representar cuadros famosos y adivinarlos.

La acción, por tanto, se desarrolla en una especie de escenario o teatro, de forma fría y mecánica, con unos personajes planos, que parecen ninots de cartón piedra que no muestran sus emociones. El fondo está supérditado a la forma de tal modo, que se pierde el interés y te dan ganas de dejar de verla para así poder coger el libro y disfrutarlo.

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