Todas las buena películas se parecen, pero las malas, son malas por diferentes motivos.
Son unas cuantas las veces que esta gran obra de la literatura universal se ha llevado a la pantalla con más o menos fortuna.
Esta adaptación de Joe Wright, ha prescindido de la historia para mostrarnos un ejercicio de virtuosismo vacío, que pierde toda la emoción y pasión de la obra original, para convertirlo en una sucesión de cuadros vivientes, aquel pasatiempo que se practicaba en los salones de la alta sociedad, y que consistía en representar cuadros famosos y adivinarlos.
La acción, por tanto, se desarrolla en una especie de escenario o teatro, de forma fría y mecánica, con unos personajes planos, que parecen ninots de cartón piedra que no muestran sus emociones. El fondo está supérditado a la forma de tal modo, que se pierde el interés y te dan ganas de dejar de verla para así poder coger el libro y disfrutarlo.
Son unas cuantas las veces que esta gran obra de la literatura universal se ha llevado a la pantalla con más o menos fortuna.
Esta adaptación de Joe Wright, ha prescindido de la historia para mostrarnos un ejercicio de virtuosismo vacío, que pierde toda la emoción y pasión de la obra original, para convertirlo en una sucesión de cuadros vivientes, aquel pasatiempo que se practicaba en los salones de la alta sociedad, y que consistía en representar cuadros famosos y adivinarlos.
La acción, por tanto, se desarrolla en una especie de escenario o teatro, de forma fría y mecánica, con unos personajes planos, que parecen ninots de cartón piedra que no muestran sus emociones. El fondo está supérditado a la forma de tal modo, que se pierde el interés y te dan ganas de dejar de verla para así poder coger el libro y disfrutarlo.
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