martes, 4 de marzo de 2014

VELVET

1958.Madrid dejaba atrás la posguerra, y se acercaba el plan de desarrollo. Poco a poco aparecía la clase media. Pero aún existían problemas. Mientras la clase pudiente se gastaban sus cuartos en trapitos, llegaban emigrantes de los pueblos para acabar viviendo en barrios marginales, como el Pozo.

Pero esa parte de la población no aparece en esta serie que sigue el patrón, no de Mad Men, como dicen algunos, sino de las películas de Rafael Gil, con Rafael Durán y Amparo Rivelles. Una España irreal, que en nada se parecía a la auténtica, donde los problemas sociales y políticos eran silenciados por la censura.

No se si es cierto que los empleados de unos grandes almacenes, tuvieran que vivir en ellos, como en un internado. Pero, hasta este único vestigio de discriminación social de la serie, suena a falso.

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