jueves, 13 de marzo de 2014

CORIOLANUS

En la historia del cine Shakespeare tiene un puesto de honor. Son múltiples versiones de sus obras las que se han realizado. Tanto versiones fieles al texto, como adaptaciones modernizadas. Laurence Olivier, Orson Welles y, más recientemente Kenneth Branagh,, son los cineastas que más se han acercado a la obra del Gran Bardo

Entre todas esas adaptaciones existen excelentes películas como. el Julio Cesar de Joseph Mankiewich, o Ran de Akira Kurosawa, y bodrios colosales, como Romeo y Julieta de Braz Luhman.

El principal error de esta última fue fundir el texto original con una época actual. Aunque, este mezcla le salió bastante bien a Ian McKellen con Ricardo III, o dar lugar a curiosidades como la versión musical de Trabajos de Amor Perdidos de Kenneth Branagh, lo normal es que el resultado sea bastante extraño al querer coordinar vista y oído.

Esto mismo ocurre en Coriolanus, primera película como director de Ralph (lord Voldemor) Fiennes, que convierte la guerra de Roma contra los Vosgos, en una escaramuza de la guerra de los Balcanes, y al senado romano, en un parlamento moderno. Todo esto, solo en imagen, ya que el diálogo sigue aludiendo a senadores, cónsules, y demás términos antiguos.

Además, parece que se trata de una versión reducida, pues no se explican claramente algunos de los actos del protagonista. Lo que hace pensar en que faltan escenas que llenarían ciertas lagunas.

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