Con clara inspiración y, en algunos momentos, plagio de Melancolía de
Lars von Trier, a esta película sobre mundos paralelos le haría falta
un poquito más de marcha.
Ahí está, sin ir mas lejos, la serie Fringe, que juega a los mmundos
paralelos con más solyura, pasando de uno a otro como se cruza la puerta
de casa.
En esta película solo hay una escena donde los dos mundos se comunican y
una teoría científica que intenta crear algo de suspense. Lo malo es
que llega demasiado tarde.
¿Por qué los dramas románticos son siempre tan sosos? Está visto que
amar es sufrir aquí y en otro mundo. Además todo es contado en voz baja,
entre susurros y sin emoción. Es el mal del cine independiente, pocos
medios para poder contar algo medianamente emocionante.
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