miércoles, 15 de mayo de 2013

EL FRAUDE


  

Hay finales felices, tristes, abiertos, buenos, malos. Pero esta ha sido la primera vez que he visto una película sin final.O, al menos, con un final que, aunque no te guste, puedas decir que la historia contada ha llegado a su desenlace.

Pero es que esta historia de un hombre de negocios, querido por su familia y respetado por sus iguales, que tiene una doble vida y se vé implicado en una estafa y en un accidente, aunque está ambientada en los Estados Unidos, muy bién podría suceder aquí y ahora, y ver como sale impune nos trae imágenes demasiado recientes vistas en los telediarios.

Richard Gere en una mezcla de Barcenas y Ortega Cano, perseguido por Tim Roth en plan teniente Colombo, podría haber resultado un b uen thriller si no fuera porque deja demasiados cabos sueltos, empezando por la irresolución del caso.

INOCENTES                                                           CULPABLES

            

            

         


Últimamente coincide en dos series españolas el tema del falso culpable que, a mí por lo menos, a veces resulta frustrante. Cuando el espectador tiene más información que los personajes y ve que la policía no se dá cuenta, o está atada por intereses políticos.

Igual me sucedió al leer El Juego de Ripley. Se supone que Ripley es un asesino inteligente que, usando el cambio de identidades engaña a la policia. Pero, un lector minimamente observador, enseguida detecta la cantidad de errores que comete, y sin embargo, la policía no se dá cuenta.

Serán  obras basadas en la realidad, don los casos no se resuelven en 45 minutos, pero dá mucha rabia que los culpables se escapen.


  


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