Los irlandeses son bebedores, tacaños, son mordaces, tienen mal genio y un poco racistas.
Así al menos es el protagonista de esta comedia policiaca, un policía no muy estricto con las leyes que se enfrenta a una peligrosa (aunque torpe) banda de narcotraficantes, sacando de quicio a un agente del FBI enviado en misión especial a la verde y peculiar Irlanda.
Con un humor que recuerda a las clásicas producciones de la Earling, eso si, poniendo al día las dosis de violencia, escatologia y todo lo políticamente incorrecto que se puede permitir en la actualidad.
Descubrimos las dotes de comediante de Bredan Gleason, que logra poco a poco la simpatía del espectador, partiendo de un personaje antipático.
Sobra, sin embargo, algunas tramas que enturbian el buen rollo, como lo referente a la enfermedad de la madre, más que nada porque su tono dramático no encaja con el general de la película.
Así al menos es el protagonista de esta comedia policiaca, un policía no muy estricto con las leyes que se enfrenta a una peligrosa (aunque torpe) banda de narcotraficantes, sacando de quicio a un agente del FBI enviado en misión especial a la verde y peculiar Irlanda.
Con un humor que recuerda a las clásicas producciones de la Earling, eso si, poniendo al día las dosis de violencia, escatologia y todo lo políticamente incorrecto que se puede permitir en la actualidad.
Descubrimos las dotes de comediante de Bredan Gleason, que logra poco a poco la simpatía del espectador, partiendo de un personaje antipático.
Sobra, sin embargo, algunas tramas que enturbian el buen rollo, como lo referente a la enfermedad de la madre, más que nada porque su tono dramático no encaja con el general de la película.
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