Por única vez Alfred Hitchcock abandona el suspense para embarcarse en una comedia romántica.
No es una gran película, pero si tiene ese encanto especial de las producciones antiguas. Recuerda más a los screball de Ernst Lubitch o Preston Struges con sus eternas guerras de sexos donde lo que priman son los dialogos chispeantes y las situaciones equívocas. Un terreno donde Hitchcock no es un experto, por lo que tuvo que echar mano a la imitación de estos maestros del género. Solo los títulos de credito nos informan que él es el directo y no otro, Ni siquiera contamos con uno de sus famosos cameos
No es una gran película, pero si tiene ese encanto especial de las producciones antiguas. Recuerda más a los screball de Ernst Lubitch o Preston Struges con sus eternas guerras de sexos donde lo que priman son los dialogos chispeantes y las situaciones equívocas. Un terreno donde Hitchcock no es un experto, por lo que tuvo que echar mano a la imitación de estos maestros del género. Solo los títulos de credito nos informan que él es el directo y no otro, Ni siquiera contamos con uno de sus famosos cameos
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