miércoles, 22 de enero de 2014

ASALTO AL PODER

No es una obra maestra, ni ganará ningún oscar, pero he pasado dos horas la mar de entrtenido con esta peliculilla de buenos y malos, que en realidad es la verdadera esencia del cine.

¿Quien no se acuerda de ir al cine de sesión continua y programa doble? una de vaqueros y otra de piratas. Daba igual que fueran buenas películas o no. Lo que contaba era que el bueno ganara al malo después de peleas, tiroteos y trampas varias.

Esto puede parecer muy antiguo, Después, en los ochenta, una serie de películas intentaron con relativo éxito volver a este tipo de cine. Indiana Jones, Mel Gibson y Danny Glover en Arma Letal y Bruce Willis en la Jungla de Cristal, volvieron a sujetarnos a la butaca animando a nuestro héroe que pasaba por múltiples peripecias.

Precisamente John McClaine es el personaje de referencia en Asalto al Poder, donde el aficionado a la catrástrofe Roland Emmerich cambia el rascacielos de cristal por nada menos que el edificio situado en la Avenida Pensilvania 1500 de Washington, más conocido como The White House.

desde el principio sabemos que el prota va a salvar el mundo, pero, que bien lo pasamos mientras tanto

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