lunes, 27 de enero de 2014

COSMOPOLIS

En el mundo capitalista que nos rodea, los llamados privilegiados, se muestran aquí como esclavos de su propia riqueza. Sin querer comprender que el universo no gira alrededor suyo, y que la sociedad que han ayudado a destruir, será la misma que acabará por destruirlos a ellos.

Sin salir de su burbuja, viviendo en una jaula de oro dentro de una torre de marfil (o una limusina, es lo mismo), este nuevo Ulíses recorre la ciudad en busca de una ítaca inexistente, acosado por monstruos creados por él y otros como él.

Esto es la metáfora de una película que podría haber sido interesante, de no ser tan aburrida.

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