Se acaba de estrenar House of Cards serie sobre los chanchullos de un senador interpretado por Kevin Spacey. Nos muestra los entresijos del poder y sus trapos súcios.
No es la primera ni la última serie sobre política que hemos conocido. Ya sea a nivel estatal o municipal, casi siempre han salido mal parados, la conclusión que se saca de todas ellas es que la clase política es poco de fiar.
Tanto House of Cards como las otras dos que están actualmente en cadena -Boss y Scandal- están llenas de trampas, conspiraciones y escandalos. Muy lejos queda la ejemplaridad y honradez del presidente Joss Butler en el Ala Oeste de la Casa Blanca, Geena Davis en Señora Presidenta, o Palmer en 24.
También existe la comédia como en la mítica serie de la BBC Señor Ministro, Spin City con Michael J. Fox o, la más Reciente Veep con la novia de Jerry Seinfeld, Julia Louise-Dreifruss.
En España, aún no han encontrado la serie definitiva que pueda explicar como funcionan aquí las cosas. Ni las comedias Señor Alcalde con Carlos Larrañaga y Moncloa, ¿Digame?, clara parodia de el Ala Oeste, consigueron enganchar. Sólo la excelente Crematorio, se acercaba tagencialmente al tema del tráfico de influencias y la especulación, que tantos disgustos le están trayendo actualmente al partido en el gobierno
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