Sin ser un gran película, la tercera entrega de los hombres de negro J y K me resultó bastante entretenida, incluso llegué a soltar alguna carcajada de vez en cuando (lo que no ocurrió en las dos anteriores).
Destaca como siempre Tommy Lee Jones como el reservado agente K y sobre todo su alter ego, émulo e imitador Josh Brolin como el mismo 40 años antes.
También tiene ocurrencias que renuevan una saga que podría haberse quedado pasada, como el personaje de Geofrey Alienigena que puede ver posibles futuros alternativos o el cameo de un Andy Walhol inusitado.
Además, como en casi todas las películas de viajeros temporales nos encontramos con una sorpresa final que, por supuesto, no voy a rebelar.
En definitiva, un agradable divertimento para ver con unas palomitas, que no todo va a ser comerse el coco en estos tiempos que vivimos.
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