Los chicos de Mentes Criminales tienen en pantalla a un nuevo colega.
Otra estrella de la gran pantalla se pasa a la pequeña. En este caso es Kevin Bacon el encargado de medir sus fuerzas con otro asesino en serie, pero al contrario de los famosos Jack the Knife (Profiler) o John el Rojo (el Mentalista), a este le conocemos desde el primer capítulo. Y tiene el rostro de Marco António, es decir, James Purefoy quien lo encarnó en la serie Roma. Un asesino inteligente y admirador de Edgard Allan Poe, cuya particularidad es tener una multitud de seguidores a los que controla desde la carcel.
Esto le acerca a otros personajes ya conocidos como el citado John el Rojo o Hannibal Lecter, mientras que el personaje del detective se acerca más al Edward Norton de El Dragón Rojo que a Clarice o a Patrick Jane. Es un personaje crepuscular y triste que fué dado de baja después de sufrir heridas al detener a nuestro asesino, y vuelve a perseguirlo tras su fuga.
El primer capítulo me ha resultado algo lento y se recrea mucho en las escenas truculentas, también reincide en la costumbre de la mayoría de las series actuales de recurrir al flashback para narrarnos como comenzó la relación de estos dos personajes.
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