Con influencias tan heterogéneas como Reencuentro, Verano Azul o Los
Diez Negritos, esta cinta tiene sus momentos. Pero la falta de una
explicación de lo que ocurre (no hay extraterrestres, ni zombis, ni
epidemias, ni cataclismos) hace que poco a poco vaya perdiendo interés.
Únicamente la presencia de Maribel Verdú hace que continúe observando
ese paisaje terroso y fantasmal, para ver si pasa algo. Cuando al final
compruebo que lo único que ha pasado son 90 minutos en mi reloj.
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