La productora Aarman, especializada en la
animación con la técnica de Stop Motion, que nos deleitó con sus
ingeniosos cortos de Wallace y Gromitt, y no sorprendió con un remake
muy peculiar de La Gran Evasión (Evasión en la Granja), en esta ocasión
ni nos deleita, ni nos sorprende con esta rutinaria historia de piratas
torpes que encuentran en su camino a un joven Darwin algo maquiavélico y
tramposo y a una reina Victoria fanática y gritona.
Aparte del mono que se comunica con carteles, los demás personajes, son meros monigotes sin gracia, en una aventura plana y tópica.
El doblaje, con sus inevitables morcillas por parte de personajes famosos tampoco ayuda mucho (¿que pinta aquí Iniesta y Fuentealbilla?)
La animación, de técnica casi perfecta, es lo que salva, en cierta manera, esta cinta que ha perdido la chispa primigenia de su productora.
Aparte del mono que se comunica con carteles, los demás personajes, son meros monigotes sin gracia, en una aventura plana y tópica.
El doblaje, con sus inevitables morcillas por parte de personajes famosos tampoco ayuda mucho (¿que pinta aquí Iniesta y Fuentealbilla?)
La animación, de técnica casi perfecta, es lo que salva, en cierta manera, esta cinta que ha perdido la chispa primigenia de su productora.
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