No se confundan. Esta película no tiene nada que ver con el relato corto
de Ernest Hemingway. Tampoco es un remake del clásico protagonizado por
Gregory Peck y Ava Gardner. Su inspiración parece ser La Gente Pobre,
un poema de Victor Hugo. Pero tampoco tiene mucha relación con su
argumento.
Las Nieves del Kilimanjaro, a las que se refiere el título, es el
destino del viaje que su familia y sus compañeros regalan al lider
sindical, que ha sido prejubilado en la fabrica donde trabajaba, junto a
19 obreros más, al no querer hacer trampas en el sorteo. Cuando ya se
las prometía felices, es victima de un robo a mano armada, y pierde todo
el dinero.
Hasta aquí todo correcto. Es un poco rebuscado, pero bueno, puede colar.
Lo bueno viene cuando el deber y la conciencia comienzan a luchar
entre sí, planteandose las razones del robo.
La víctima, en principio furiosa y buscadora de venganza, se convierte,
sin punto de inflexión, en buen samaritano, a pesar de la opinión
contraria de sus allegados.
Drama social a lo Ken Loach, pasado por el filtro buenrollista de Frank Capra.
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