miércoles, 22 de agosto de 2012

MISCELANEA



Acabo de leer: El Abuelo que saltó por la ventana y se largó de Jonas Jonasson que demuestra que la literatura sueca no solo se dedica a la novela negra, sino que tambien tienen sentido del humor. En esta novela se nos narran las aventuras de Allan Karlson, un anciano que se fuga de la residencia el día en qu cumple 100 años. A lo largo de su escapada se encuentra con otros personajes pintorescos con los que se involucra en una aventura rocambolesca, a la vez que en diversos flashbacks vamos conociendo su vida anterior, una vida nada anodina.

Con muchas inspiraciones literarias: desde el viaje y cruce de historias que remiten al Quijote o al Pickwick de Dickens con un escudero muy especial, nada menos que el hermano tonto de Albert Einstein, del Buscón al buen soldado Sweich por lo picaresco de la historia, de La vuelta al mundo en 80 días a Tartarín de Tarascón por los viajes por todo el mundo, incluso la referencia cinefila al Zellig de Woody Allen o a Forrest Gump por la forma de mezclarse e influir en personajes y acontecimientos históricos reales.Todos estos elementos puede hacer que, con el tiempo, Allan Karlson pase a formar parte de la historia de la literatura como en su día llegaron a serlo el Ignatius Reilly de John Kennedy Toole o el Wilt de Tom Sharpe.

Lo anterior me lleva a reflexionar sobre el poder de la buena literatura frente al cine: en pocas palabras, aunque el cine nos presenta sus historias en imágenes, siempre sabemos que estamos ante una ficcion, en cambio una buena novela nos puede hacer dudar de si lo que nos está contando el inventado o ha ocurrido reálmente.

Una curiosa película que acabo de ver Howl, la primera película, que yo sepa, basada en un libro de poemas: Howl (Aullidos) de Allen Grinsberg, representante de la generación beatnik en Estados Unidos.loo más curioso de esta película es su montaje dividido en cuatro formartos distintos: una presunta entrevista realizada a Grinsberg (interpretado por James Franco) en 1957 con motivo del juicio contra el editor del libro por presuntolenguaje obsceno con fotografia granulada, un recital en público del poema por el mismo autor en blanco y negro, el poema ilustrado con dibujos animados y por último, y en corte más clásico, las sesiones del juicio con John Hamm o el mismo Don Draper ejerciendo de abogado     

Para finalizar: un parecido razonable: ¿A quien se parece Nanni Moretti en Habemus Papam?





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