miércoles, 15 de agosto de 2012

UNA DE ROMANOS





   

Como cantaba Sabina, todos hemos disfrutado con los antiguos peplum, las peliculas de romanos ¿Quien no ha visto alguna? Desde las más famosas: Ben-Hur, Quo Vadis, Espartaco de Kubrick, la túnica sagrada, La caida del imperio romano, hasta las más serie B: las aventuras de Maciste o los últimos días de Pompeya. 

Estas películas las veíamos sobre todo en semana santa, por el contexto religioso de muchas ellas.

La moda se perdió, pero se recuperó gracias a la película Gladiator de Ridley Scott, un remake no confesado de la caida del imperio romano, y la serie Roma. Luego vendrían Spartacus y la española Viriato y su continuación anunciada Imperium. Ninguna de ellas apta para Semana Santa según Rouco Valera.

De todas ellas, sin conocer aún la de Imperium, la más cercana a la realidad histórica, sin olvidar  la serie Yo Claudio, es la serie Roma, donde nos narraron las luchas políticas entre Julio Cesar, Marco Antonio y Octavio Augusto. Todas las demás son ficciones basadas en algún dato historico auténtico pero contadas sin autentico rigor historico.

El mejor relato de romanos que he visto recientemente, mejor dicho, he leido, es la obra de Santiago Posterguillo. Tanto en su trilogia dedicada a Escipión el Africano, como en Los Asesinos del Emperador,  primera novela de otra posible trilogia dedicada al emperador Trajano, he sentido por primera vez que estaba viviendo en directo en la antigua Roma. La Vida cotidiana en la ciudad, sus usos y costumbres, desde el teatro en la de Escipión hasta las luchas de gladiadores,  en la de Trajano; las sesiones en el senado, las intrigas y, sobre todo, las grandes campañas militares. Todo ello está narrado con todo lujo de detalles y amplia información histórica que, cuando comparas esta Roma con la que has visto en Viriato o Spartacus, no puedes pasar por alto por los errores que se cometen en ellas, más que nada, por no tener en cuenta la autentica historia.

Por ejemplo, en Viriato: Cuando estudiaba su historia me contaron que los que mataron al caudillo lusitano se llamaban: Ditalco, Audas y Minuro, personajes que ni siquiera aparecen en la serie. Si aparece en los útimos capítulos el famoso senador Catón el viejo, aunque no aparentaba los 84 años que tendría en la fecha de la historia.

En Spartacus, se han cargado las tintas, por mor del espectáculo, en la violencia y el sexo, en escenas en las que no me imagino a Kirk Douglas y mucho menos a Jean Simons, Aunque por muy erótica que se presente Lucy Lawless (la antigua princesa guerrera Xena) a mi me resulta mucho más excitante Christina Hendricks (la secretaria Joan de Mad Men) sin necesidad de quitarse el vestido. Ustedes comparen.
                                                                                                                                                                                                                
   


 

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