Al igual que la semana pasada dos películas diferentes sobre el mismo tema han coincidido en mi fin de semana de cine. En este caso el tema es el trabajo de la mujer, más concretamente en el Reino Unido.
La primera de ellas, Albert Nobbs, nos traslada a principios del siglo pasado, para contarnos la historia de una mujer que se hace pasar por un hombre para poder trabajar. Interpretada por una genial Glen Close que da a su personaje una flaqueza e inseguridad muy alejada de los personajes fuertes a los que nos tiene acostumbrados, como la Patty Hews de Danmages.
Ahora que se acaba la temporada de Gran Hotel y se anuncia la vuelta de Dowtown Abbee, vemos como se tenian que ganar la vida las mujeres de aquella época, más aún al encontarse solas. Aparte de la historia de Albert Nobbs, cuya ambición se limitaba a consegir un estanco de su propiedad, para lo que iba ahorrando lo que ganaba como camarero de un hotel, se contaban otros dos casos: el de otra mujer que también se escondia bajo el disfráz de hombre, pero que demostraba mucha más seguridad en si misma que la protagonista(una estupenda Janet McTeer), y el de una doncella que ve peligrar su trabajo al quedarse embarazada.Maria Vassilyeska. También nos reencontramos con la veterana Pauline Collins, que precisamente se hizo famosa gracias a la serie Arriba y Abajo donde interpretaba a una de las doncellas de la familia Bellamy.
Sesenta años después, en 1968, las costureras que se encargaban del tapizado de los asientos en una factoria de la Ford en Inglaterra, van a la huelga para reclamar un salario igual al de los hombres. Con un espiritu de lucha al que las protagonistas del film anterior nunca hubieran llegado, la película Pago Justo nos cuenta este hito en la historia sindical de Inglaterra y de Europa.
Además de estas dos películas, también me he acercado a los limites de la locura con el actor Michael Shanon en la inquietante Talke Shelter. Una película de terror sin monstruos, sin sangre y sin sustos, pero que da más miedo que Freddy Kruger y Jason juntos, pues demuestra que el peor miedo está dentro de nosotros mismos.
Para finalizar, un recuerdo a Emilio Aragón, Miliki, mucho más que un payaso. En una escena de la película de Pajaros de Papel.
Y recordad que no se puede vivir con un franco.
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