Se deja ver. Poco más se puede decir de este thriller de serie B donde Luke Wilson
vive el peor y más extraño día de su vida por abrir la puerta a un
Samuel L. Jackson muy pasado de rosca.
El acosador psicópata es un personaje habitual en esta clase de
películas. Todas ellas con guiones que se copian unos a otros, por lo
que son facilmente previsibles por muchos que sean los golpes de efecto
que intenten alterar la planilla común.
El éxito o el fracaso depende mucho del actor que intterprete ese papel.
Y no cabe duda que Samuel L. Jackson tiene la figura justa para ello.
Pero aqu´ñi se limita a dar gritos asustar con total falta de sutileza.
Desde que aparece ya sabemos que es el malo de la película.
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