Lo bueno que tenía el cine de antes es que aunque el guión fuera
intrascendente, siempre se veia con agrado, pues el estilo y la
personalidad de aquellos actores hacian que entraras en la historia por
muy predecible que fuera.
Es el caso de esta película, de indiscutible origen teatral. La alta
comedia es un género en vias de extinción, pero siempre efectivo. Se
podría tratar el tema del amor, e incluso también el del sexo con buen
gusto, sin llegar a la chabacanería de las comedias actuales.
Frank Sinatra y Debbie Reynolds son los protagonistas, pero son los
secundarios David Wayne y Celeste Holm, con su historia de amor
secundaria los que despiertan más interés, pues es su final el que no
conocemos.
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