miércoles, 10 de octubre de 2012

DIARIO DE ROBINSON CRUSOE

9 de octubre.

Ya hace más de tres meses que llegué a esta isla y ya noto los primeros síntomas de abatimiento.

Aunque los recursos siguen llegando y tengo vias de comunicación, el ambiente de naufragio general y desconcierto llega hasta este pequeño rincón. De momento, me distraigo con la lectura, escritura, seriales y juegos. Por las tardes salgo a explorar los alrededores, pero no  puedo alejarme mucho porque tengo personas que necesitan de mi presencia.

Las pocas veces que me he acercado hasta el antiguo puerto, me he encontrado con antiguos pasajeros que alguna vez estuvieron en nuestro barco. Me preguntan que ha sido de él, como si no hubieran tenido noticias del naufrágio, sobre todo se interesan por las mercancías de la bodega, casi nunca preguntan por la tripulación. Sigo en contacto con algunos por medio de mensajes en botellas, habitan en otras islas lejanas, y unos pocos pudieron hacerse con los últimos  botes salvavidas que quedaban, pero, según me cuentan, tienen vias de agua.

A pesar de estas comunicaciones a distancia, lo que más hecho de menos, son aquellas charlas que teníamos en cubierta, cuando los pasajeros nos dejaban descansar un poco, nos echabamos algunas risas y, aunque de vez en cuando había alguna discursión, en general nos llevabamos como en una gran familia.

Desde aquí les mando un recuerdo a tod@s y espero que algún día no muy lejano nuestros rumbos se vuelvan a cruzar y podamos brindar por una nueva travesía mejor para todos. 

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